La voz de la grabación era sosegada y precisa, a pesar de estar difundiendo un mensaje de horror.
"A la luz de los continuos crímenes contra nuestro pueblo, de la ocupación y de su negativa a acatar la legislación y las resoluciones internacionales, y a la luz del apoyo de EEUU y el resto de Occidente, hemos decidido poner fin a todo esto para que el enemigo entienda que sus actos no quedarán impunes", justificó el autor del mensaje desde la penumbra.
La voz que se escucha en la grabación, difundida pocas horas después del ataque del sábado contra Israel, parece pertenecer a Mohammed Deif, comandante del ala militar del grupo militante palestino Hamás y cerebro de la operación.
El ataque masivo de la madrugada del sábado ha acabado con la vida de al menos 700 personas en Israel, ha dejado heridos a más de 2.000 israelíes y ha llevado la campaña de Deif contra el Estado judío, que dura ya décadas, a un nuevo nivel brutal e impredecible.
Incluso mientras se emitía su mensaje, cientos de combatientes de Hamás rompían la valla que separa la Franja de Gaza de territorio israelí, y se desplegaban por el sur de Israel mientras lanzaban miles de cohetes.
En cuestión de horas, Hamás había perpetrado un primer ataque contra Israel sin precedentes, tomando a decenas de rehenes, que podrían llegar a un centenar. Simultáneamente, los canales de Hamás en las redes sociales difundieron vídeos muy bien producidos en los que se veía a sus militantes sobrevolando la frontera en parapente e imágenes de soldados muertos y civiles israelíes aterrorizados.
Para Deif, cuyo nombre de guerra significa "invitado" en referencia a la práctica de los combatientes palestinos de pasar cada noche en casa de un simpatizante distinto para eludir la vigilancia de los servicios de inteligencia israelíes, el asalto fue el más audaz y mortífero hasta la fecha.
Perseguido por Israel durante décadas, estuvo a punto de perder la vida en un ataque aéreo hace 20 años que, al parecer, le dejó en silla de ruedas tras perder un brazo y una pierna. Ahora, la habilidad de Deif para burlar al ejército israelí y acabar con la vida de soldados y civiles indiscriminadamente ha generado alabanzas entre los militantes palestinos.
Tras lanzar un ataque que ha pillado totalmente por sorpresa al ejército israelí, Deif ha ganado popularidad en las más altas esferas de la dirección palestina, eclipsando a sus rivales de Al Fatah, la facción más moderada, y a sus homólogos de Hamás, considerado un grupo terrorista por Estados Unidos, la UE e Israel.
El factor más importante para Hamás es el gran número de rehenes que han trasladado a Gaza. Israel entregó 1.000 prisioneros palestinos para liberar a un solo soldado, Gilad Shalit, tras cinco años de cautiverio a manos de Hamás en 2011.
"Hamás entiende muy bien que, cuando se trata de retener a prisioneros israelíes, lo único que necesita es paciencia. Con el tiempo, la opinión pública israelí presionará. Lo único que tiene que hacer Hamás es esperar", explica un diplomático de la zona que ayudó a negociar la liberación de Shalit. En entrevistas, analistas israelíes y palestinos, entre ellos personas que conocieron a Deif antes de que pasara a formar parte de la militancia palestina, describieron a un hombre tranquilo, que no parecía muy interesado en las rivalidades entre las facciones palestinas. En cambio, recuerdan que siempre quiso cambiar la naturaleza del conflicto árabe-israelí aunque para ello fuera necesario recurrir a la violencia.
También describieron a un hombre cuya capacidad para adaptarse a los avances tecnológicos del ejército israelí quedó patente durante la feroz guerra de 11 días que enfrentó al grupo militante palestino e Israel en 2021. En aquel momento, Hamás lanzó tantos cohetes para colapsar el sistema de defensa antiaérea de Israel, que este estuvo a punto de quedarse sin munición antes de que se pactara una tregua.
Al igual que otros miembros de Hamás, Deif considera los Acuerdos de Oslo, que a finales de la década de 1990 ofrecieron brevemente la promesa de un acuerdo de paz negociado, como una traición a su resistencia y al objetivo original de sustituir Israel por un Estado palestino.
Según un funcionario israelí familiarizado con su expediente, Deif, ex fabricante de bombas y artífice de un programa para excavar una red de túneles bajo Gaza que duró una década, nació como Mohammed Diab Ibrahim al-Masri en el campo de refugiados de Jan Yunis durante la década de 1960.
En realidad, se tiene tan poca información de él, que incluso su identidad no ha podido ser confirmada. Personas que lo conocieron en la década de 1980 afirman que ya entonces se hacía llamar Deif. Sólo existe una fotografía pixelada suya que sea de dominio público.
Su afición por el teatro creció durante su etapa en una compañía de actores a la que se incorporó cuando estudiaba en la Universidad Islámica de Gaza, un semillero de la rama egipcia del islam político de los Hermanos Musulmanes. Cuando Hamás nació a finales de la década de 1980, en la primera intifada contra la ocupación israelí, Deif tenía unos 20 años.
Por aquella época, Ghazi Hamad, hoy miembro de la cúpula de Hamás, compartió celda con Deif tras ser encarcelados por los israelíes.
Hamás perpetró atentados suicidas para condenar los Acuerdos de Oslo e Israel considera a Deif responsable de la muerte de docenas de personas en estos ataques, incluido uno que tuvo lugar en 1996 en el que murieron más de 50 civiles.
Deif pasó a las filas de las Brigadas Qassam, el ala militar de Hamás, y el funcionario israelí asegura que participó en la creación de los primeros cohetes rudimentarios. El arsenal de Hamás se cuenta ahora por decenas de miles y sólo el sábado dispararon 3.500.
En opinión del funcionario israelí, Deif buscaba objetivos de alto impacto, como colonos y soldados en los territorios ocupados y autobuses en Jerusalén y Tel Aviv.
Dentro de Hamás, según el funcionario, Deif se oponía a la práctica por la que Hamás accedía a frenar los combates que estallaban esporádicamente a cambio de que Israel permitiera la entrada de fondos adicionales en la franja bloqueada o más permisos de trabajo para los ciudadanos.
Aunque este acuerdo consiguió frenar oleadas de violencia, también ha dado lugar a cuatro guerras en 2009, 2011, 2014, 2021 y esta última, todas ellas presentadas por los militantes como una victoria.
"Esta acción terrorista ha dinamitado esta práctica para siempre. Ahora no habrá tregua, sólo represalias", sentenció el funcionario israelí en referencia al asalto del sábado.
Esto es exactamente lo que al parecer Deif siempre había querido.